Una aventura que prueba tus sentidos, campeando cerros de la cordillera de los Andes, una ruta exigente y vertical tal travesía completo Mario aqui compartimos su historia
Desde que me inscribí en los 42K de AMM, sabia que la carrera seria durísima, y por ese motivo me la tome muy en serio y me prepare lo mejor que pude.
El día anterior revise lo que llevaría y tome la sugerencia de mi amigo y compañero de rutas Daniel Pérez, de llevar la bolsa de agua, aparte de las 2 botellas (sabia decisión fue esa), luego de ver que todo estaba ok, me fui a dormir un poco ansioso, pues esta era mi primera larga distancia, solo había hecho entrenando 30K.
Llego el sábado, me paso a buscar Daniel y Maria Jose, nos fuimos con mucho ánimo, la carrera prometía, al llegar saludamos a nuestros amigos de AR Trail y a nuestra coach Katherine Cañete, quien nos deseó éxito y se fue rauda a la partida.
Nos preparamos para la partida, en la línea de largada la energía que se sentía era fantástica, todos saludándose, me sentí un pollito ahí al lado de verdaderas maquinas del Trail, ya me sentía pagado con estar al lado de ellos, luego llego la cuenta regresiva y la partida oficial, ya estaba en ruta y debía cumplir mi objetivo de no apurar y mantener ritmo.
Los primeros kilómetros salieron de maravilla, muy cómodos, en el kilómetro 8 más menos me pasan Carla Fuenzalida y Constanza Leal conversando a un ritmo suave pero demoledor, y poco a poco las vi alejarse como si nada. Hasta el kilometro 15 donde estaba el segundo abastecimiento la carrera iba tal como me la propuse, estaba llenando mi bolsa de agua (que hasta ahí lleve vacía) cuandoaparece toda jovial mi amiga Viviana Soto con su peinado inconfundible, nos saludamos y preguntamos cómo íbamos y seguimos en lo que estábamos, guarde bolsa, me puse la mochila y enfile para comenzar a subir hacia el Tambor, la parte más pesada de la carrera.
En el kilometro 16 me paso Viviana Soto, logré seguirle de lejos el ritmo hasta poco antes del kilómetro 18, donde comencé a sentir el peso de la ascensión y Viviana comenzó volar hacia la cumbre, la vi desparecer en minutos, mientras yo comencé una dura caminata rumbo a la cumbre, porque a esas alturas no se corría, veía tan lejos el portezuelo del Tambor como inalcanzable, en ese peregrinar cruce palabras con varias corredoras y corredores, cada uno enfocado, pero saludando y dando aliento (eso es lo lindo del Trail), antes de la última subida habían unas cuantas vacas pastando y la pregunta que me surgió fue como llegaron aquí?, todo esto ante la atenta mirada de un ternero que me siguió hasta que comencé la ultima trepada del tambor, así como diciendo, que haces tu aquí!!!
Llegar al portezuelo del Tambor me hizo sentir ya un ganador, la vista desde ese lugar es hermosa y sobrecogedora, hacia el norte se veía el Cerro el Plomo, vigilante de nosotros los intrusos, a estas alturas mire mi reloj y llevaba 5hrs, tenia tiempo para pasar sin contratiempos el corte, comencé a subir a la cumbre del Tambor sintiéndome ya más tranquilo, en el km 22 me tope con Sebastián Hurtado (conocido deportista de altas cumbres) quien estaba sacando fotos y escucho por la radio un mensaje y le pregunto qué dicen? y me indica que Kathy Cañete había pasado primera por el provincia, me alegre por mi coach, pero sabia que su competencia iba fuerte tras ella. Sigo con mi camino rumbo al provincia cuando siento como si tuviera una piedra en el talón izquierdo, me detuve 2 veces para revisar, pero no había piedra, a la tercera caí en cuenta de que era una ampolla, me puse una venda y proseguí, ahora con la molestia del talón que en las bajadas se sentía peor, me saco una foto con el domo desde lejos, y continuo para comenzar a bajar y no quedar corto de tiempo, desde donde empieza la bajada del provincia veo a lo lejos una carpa que era el punto de abastecimiento del kilometro 29, mientras bajaba sentí que tenia una ampolla ahora en el otro pie, tenia 2 opciones, paraba y me retiraba o bajaba corriendo hasta donde pudiera, me arme de valor y comencé a correr, a cada minuto veía mas cerca la carpa de abastecimiento, cuando llegue ahí como unas naranjas, tomo agua e isotónico y me dicen que tengo 32 minutos para pasar el corte, yo pensaba con estas malditas ampollas no llego, pero pudo mas la porfía y ganas de superar esta prueba autoimpuesta, y salí a correr nuevamente lo más rápido que podía, así llegue a Alto el Naranjo y su bajada técnica porque la tierra está muy suelta, como dolieron mis pies hasta llegar al lugar del corte y ultimo abastecimiento, todo el camino pensaba en una coca cola y ese oasis lo tenía, mientras bebía esa coca cola se me cruzo la idea de abandonar (quedaba la subida para bordear el vizcacha), comí naranjas, plátano, volví a tomar coca y se me acerca un sr, Oscar supe que se llama y me dice, ya hiciste lo másduro, termínala, ya pasaste el corte, y me dio un abrazo de esos que casi te dejan sin aire, y me siguió alentando mientras tomaba el sendero, intente correr, lo pude hacer como por 100 metros, pero el calor agobiante y mis ampollas, a esas alturas eran mas ampollas que dedos, me hicieron caminar, y comenzar a subir pausadamente esa cuesta que se me hizo interminable, compartí ese tramo con otro corredor que iba agotado, pero sin ampollas, y al poco rato me dejo atrás…cuando faltaban unos 300 metros para llegar a ese portezuelo, me alcanza alguien de la organización y comienza a hablarme y alentarme, ahí le dije que ya no podía correr y le explique mientras caminábamos, me alentó a terminar, me aconsejo que hacer para que me dolieran menos los pies en las bajadas y así entablamos una conversación que duro los últimos kilómetros hasta la meta, a esa altura avise a mis amigos que había ocurrido, donde iba y que me iba a demorar mucho más de lo esperado. En el portezuelo del morro las papas elongamos, y supe el nombre de quien me acompaño esos kilómetros, Fredy mas conocido como Alexito (conocido Trail runner) a quien agradezco cada consejo que me dio.
Antes de llegar a la meta, me estaba esperando mi amigo Daniel, con un isotónico de esos salvadores después de más de 11 hrs. de carrera, caminamos juntos el último tramo para luego dejarme llegar a ese pórtico y a esa meta que tanto costo, que me dejo con sentimientos encontrados, porque termine la carrera, pero no como yo quería, no como se había programado. luego vinieron los saludos, abrazos y felicitaciones de los amigos por terminar esta ruda carrera.
Detuve mi reloj en 11hrs y 22 minutos, una locura para muchos, pero para mi la carrera mas dura que he hecho y que a pesar de todos los contratiempos pude terminar.
Una gran experiencia sin lugar a dudas, tengo que mejorar un montón para volver y superar de mejor forma estos 42k de Andes Mountain Marathon, pero eso será otra historia para contar.