En un medio maratón que venía componiéndose durante las últimas semanas previas a la carrera, un entrenamiento difícil de predecir y que llevar entre tantas peripecias Macarena concreto uno de los mejores tiempos en la carrera, saliendo de la crisis sanitaria para nosotros los deportistas, puedes leer su historia aqui
Fue un año difícil, con una pandemia entre medio, donde al principio no me quedó otra que hacerme amiga de la trotadora, ya que no se podía salir. Luego existió la franja deportiva y aprendí a madrugar, levantándome a las 5:00 am para ir a entrenar y así poder alcanzar ir al trabajo.

Me costó mucho tener que entrenar sin mi grupo como solía ser de costumbre, pero tuve la suerte que en esta locura me acompañara mi amiga Paloma que fue mi partner de los entrenamientos.

Al principio se hacía difícil, ya que no tenía un objetivo cercano, las carreras se veían a años luz. En mayo tuve la esperanza de que este año iba a poder participar de una carrera, ahí me pre inscribí a la Media Maratón de Buenos Aires y desde ahí comenzaron los entrenamientos duros, fueron meses de sacrificio para poder llegar ahí. Doy gracias a mi entrenadora Isa por cada plan que me enviaba y por hacerme seguimiento en todos mis entrenamientos, al principio mi objetivo era terminar la carrera, sin embargo, fui viendo mi progreso en los entrenamientos y ahí me puse un tiempo en que quería llegar.

Hasta último minuto no sabía si la carrera se iba a realizar o no, el 12 de septiembre la confirmaron, quedando menos de un mes para participar y de inmediato me inscribí, sin saber si iba a poder correr o no. Quedaban menos de 3 semanas y aún no decían que pasará con los extranjeros si iban a poder correr o no.

Yo siempre tuve fe en que iba a estar ahí corriendo y así fue. Los días previos fueron hartos trámites, entonces aún no sentía la emoción de lo que se venía, por suerte salió todo bien. Llegó el día de viajar y yo no daba más de la emoción, ya sólo quería estar allá y que fuera el gran día. Al día siguiente del viaje fui hacer mi último trote antes de la carrera, por un parque muy lindo, el parque 3 de febrero.

Me empezaba a doler la guata del nervio, la ansiedad y la emoción, luego fui a retirar el kit y yo sin poder creerlo de que iba hacer parte de la gran fiesta deportiva. El día antes de la carrera fue el día que se me hizo más largo, fui en la mañana a reconocer el territorio y ver por dónde sería la largada, habían muchos deportistas preparándose, había ambiente y eso me llenó de felicidad, de revivir esta fiesta. En la tarde noche fuimos a comer pastas con mi equipo: Paloma y Marcelo, fue el plato menos disfrutado, porque ya era cada vez más el nervio. Por fin llegó el día más esperado, 2 años esperando para poder pasar por la meta y cruzarla, para vivir el ambiente deportivo, el verse las caras en una alargada y sentir el disparo.
La alargada era a las 7:30 am de los 21k y 6:45 más o menos me fui a encajonar, el encajonamiento era por tramos, ahí realicé mi calentamiento y luego con mucha emoción esperaba la alargada. Los primeros kilómetros se me hicieron muy fácil y corría como si nada, me habían dicho que el circuito era todo plano y yo iba preparado para eso, no fue así me tocaron un par de subidas donde ahí era pura cabeza, pero no estaba preparada psicológicamente asique no me quedaba otra que darle nomas.

Después del segundo punto de hidratación, ya empecé a sentir cansancio y ahí fue una lucha constante que tenía con un yo que me decía no puedo más y quería parar, pero también tenía el otro yo que me decía dale, dale, tu puedes, no queda nada y ahí fue cuando a la distancia sentí el apoyo de mi grupo fit, mi familia, pololo, colegio, aymara y no quería decepcionarlos, asique ahí seguí adelante con todo, para alcanzar mi objetivo. LLegué a la meta y me salían las lágrimas de la emoción, vi mi reloj y no podía creer mi tiempo. Me dio alegría y orgullo de alcanzar mi objetivo y ver que había conseguido mis mejores 21k, ahí decía valió la pena todo el sufrimiento en los entrenos, ya que, todo esfuerzo tiene su recompensa.

Esta carrera me enseñó a que nunca dejes de luchar por tus sueños y que nada es imposible. La clave está en la constancia y perseverancia.