#DeporteConstituyente

En estos momentos, después del 25 de Octubre del 2020, se abrió una nueva caja de ilusiones para el futuro del deporte en nuestro país, si bien las expectativas de concretar cambios de paradigmas en esta materia, no deja de ser un peligro inminente que el clima de la discusión política se retrotraiga a un evento que sea más largo y cansador para sus propios miembros, que para sus propios tiempos y fechas de eventos deportivos

Hablando con toda franqueza, el proceso venidero, también buscará dar un nuevo aire como también plantear nuevas dudas al respecto. De este punto , se vuelve urgente hablar de constitución, deporte, ejercicio, actividad física y salud. Mas no con la óptica de ser bien público susceptible de una industria que de por sí, no podemos negar su existencia, y como también traducir las necesidades del alto rendimiento. En este sentido hablar de constitución es también una oportunidad de hablar desde lo teórico y lo abstracto y conocer las miradas de los propios atletas.

Pero en resumidas cuentas que tenemos en limpio; en lo político vemos que la facción interesada e incluso con ideoneidad y marcas enfrenta un desinterés en abordar el tema, no sólo desde la óptica que el deporte está aislado de la agenda de todos los gobiernos, como también alejada también de todos los atletas incluso de las disciplinas tanto más conocidas y las que menos.

En este debate constituyente la experiencia internacional nos habla de derecho fundamental”, otorgando una importancia reconociendo tanto deberes y derechos de un Estado preponderante en esta materia

La Constitución de Portugal, indica “el Estado reconoce el derecho de los ciudadanos a la cultura física y al deporte, como medios de promoción humana y le corresponde promover, estimular y orientar la práctica y difusión de los mismos”.

En España, en su constitución de 1978, eleva el deporte al más alto rango normativo, señalando que, “los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte”.

En México dictamina que “toda persona tiene derecho a la cultura física y práctica del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo”.

La constitución griega, de 1975, fue la primera del mundo occidental que se refirió al hecho deportivo, disponiendo que, “los deportes quedan bajo la protección y alta vigilancia del Estado que subvencionará y supervisará las uniones y asociaciones deportivas de toda clase”

La constitución de Paraguay dice que, “el Estado promoverá los deportes, en especial los no profesionales, que estimulen la educación física, con apoyo económico”.

En el caso de Brasil, en uno de sus capítulos, su constitución se dedica al deporte. “Es deber del Estado fomentar las prácticas deportivas formales y no formales, como derecho de cada uno, observando la autonomía de las entidades deportivas y de las asociaciones, el destino de los recursos públicos a la promoción prioritaria del deporte escolar y para el deporte de alta competición”.

Y la constitución colombiana reconoce este derecho expresando que, “se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y el aprovechamiento del tiempo libre. El Estado fomentará estas actividades”.

claramente en Chile el debate teórico abstracto tiene mucha más importancia que el concreto y con medidas, la relación público – privada que se ha ideado, tiene sus bemoles en cuanto la garantía y promoción de los deportes, las cuales sujeta a la propia relación que tengan los deportistas, primeramente debemos olvidar que los auspicios deban ser la única opción o la primera acción de sus financiamientos, se debe discutir la preponderancia del estado en tales garantías, como la intervención en federaciones haciendo una cancha más justa y meritoria que logre legitimidad por parte del esfuerzos sino que también vea réditos a nivel país, el pensar a largo plazo, más allá de las medidas concretas que se buscan según cada espacio o polideportivo.

Solo decir que no adelantemos la carreta antes lo bueyes, y sinceremos posiciones y valores de los bienes públicos que nos trae el deporte, no es un discusión fácil pero no va ser una discusión no menos informada.

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